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lunes, 8 de noviembre de 2010

La Academia “yeyé” dice adiós a la “i griega”


La nueva edición de la Ortografía de la Real Academia Española, quiere ser, como dice Salvador Gutiérrez Ordóñez,  su coordinador, "razonada y exhaustiva pero simple y legible". Y sobre todo "coherente" con los usos de los hablantes y las reglas gramaticales.
Y la verdad es que a lo mejor esto no constituye una gran noticia de suma importancia, pero visto que este blog se inscribe en el marco de una escuela de traductores, puede que si tenga un poco más de importancia.
Primero, vemos los cambios decididos por la Real Academia.
-          La “i griega” se llamará en 2011 la “ye” porque su uso es mayoritariamente consonántico y para que todos los hispanohablantes la llamen de la misma manera. A consecuencias de eso,  la “i latina” sólo (o “solo” como ya veremos) se llamará “i”.
-          ¡“ch” y “ll” fuera! Desde el siglo XIX, las combinaciones de letras ch y ll eran consideradas letras del alfabeto, pero ya en la Ortografía de 1999 pasaron a considerarse dígrafos, es decir, "signos ortográficos de dos letras". Sin embargo, tanto ch como ll permanecieron en la tabla del alfabeto. La nueva edición los suprime "formalmente". Así, pues, las letras del abecedario pasan a ser 27.
-          “solo” adverbio sin acento y tampoco  se pondrá nunca ya acento a “ese”, “esa”, “esos”, “esas”.
-          Guion y truhan (y no guión y truhán) porque si la RAE permitía ambos y "la escritura con tilde a aquellas personas que percibieran claramente la existencia de hiato", hasta ahora consideraba "monosílabas a efectos ortográficos las palabras que incluían una secuencia de vocales pronunciadas como hiatos en unas áreas hispánicas y como diptongos en otras". Desde 2011, hay un cambió porque ahora  la RAE decide que cualquiera sea su forma de pronunciarlas, se escriban siempre sin tilde “guion, hui, riais, Sion, truhan y fie” y luego "condena" cualquier otro uso. Según Salvador Gutiérrez Ordóñez, "escribir guión será una falta de ortografía".
-          4 o 5 y no 4 ó 5, porque los teclados de ordenador han eliminado "el peligro de confundir la letra o con la cifra cero, de tamaño mayor".
-          Catar y no Qatar y Irak en vez de Iraq. Porque la letra k ya es plenamente española, de ahí que se elimine la q como letra que representa por sí sola el fonema /k/. "En nuestro sistema de escritura la letra q solo representa al fonema /k/ en la combinación qu ante e o i (queso, quiso). Por ello, la escritura con q de algunas palabras (Iraq, Qatar, quórum) representa una incongruencia con las reglas". ¿Y si alguien prefiere la grafía anterior: "Deberá hacerlo como si se tratase de extranjerismos crudos (quorum, en cursiva y sin tilde)".
           Y ahora ¿qué pensar de ello?
Tenemos que reconocer que estos cambios no representan gran cosa. Forman parte de este deseo de unificación del español por las Academias. Sin embargo, claro está, cuando uno ha gastado energía para recordar reglas u ortografía, le molesta bastante (para no hablar mal) tener que borrar una vez más lo que consiguió con penas poner a dentro de su memoria. Yo que tenía orgullo de recordar poner acento en “solo”, sólo cuando era necesario.  Lo mismo ocurre con “guión-guion” y “esas”, etc. Otro aspecto es la desaparición de la poesía. A mí me gustaba mucho este recuerdo de la antigua Grecia. Me llamo “yves”, y me gusta mucho más deletrear mi nombre con la “i griega”. ¿Era tan necesaria esta unificación, esta supuesta coherencia? Nosotros los belgas decimos “septante” (setenta”) cuando los franceses consideran eso una falta y dicen “soixante-dix” (sesenta-diez). La diferencia da también un sabor añadido a la vida, ¿No les parece?
¿Y qué me dicen de lo de Irak-q y C-Qatar? Podríamos inventar el lema: “¡Catar, un país que hay que probar!” o “¡Catar tiene mucho sabor!”
Es cierto, el lenguaje tiene un doble movimiento. Anárquico y creativo por un lado y normativo (reaccionario a veces), de centralización, por el otro. Ambos parecen necesarios para que siga en pie una lengua, un idioma. Otra distanciación se produce también siempre entre la lengua escrita y hablada. Así, por ejemplo, el inglés escrito está muy lejos del hablado, lo que hace muy difícil adivinar cómo se pronuncia una palabra desconocida. Pero, esta anarquía da más libertad para crear neologismos, lo que refuerza su carácter global (se puede infiltrar por todas partes). La fuerza del español reside en lo contrario, porque se pronuncia igual que se escribe.
 Sin embargo, parece ser que las reformas ortográficas no tienen mucho éxito en cuanto a los resultados. Las academias del francés, del portugués y del alemán todas propusieron una reforma que no parece haberse arraigado. Así, leyendo las discusiones entre traductores aquí  ==> http://fra.proz.com, uno llega a la conclusión que más que clarificar, estas reformas han empeorado las cosas. Una de las razones más fuertes para explicarlo se encuentra, en mi opinión, en el hecho de que la escritura (y la ortografía) tiene que ver con la lógica sólo (o solo) al principio, al aprenderla, después es más bien la memoria visual que actúa. Por eso, a veces la gente de fuera que ha tenido que aprender un idioma más tarde que los que lo hablan como lengua materna, hacen menos faltas de ortografía. Por eso también, el hecho de que convivan varias versiones de la misma palabra añade confusión y el resultado de esos intentos de clarificación sólo (bueno ya vale de dos versiones, a mí por ahora me gusta esta) consigue más oscuridad.
  Y tú/usted ¿Cuál es su/tu  opinión?

Algunos enlaces ==> 

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