37 años después de la muerte del gran pintor Pablo Picasso aparecen de repente 271 obras suyas inéditas conservadas por un anciano en su garaje. El hombre, ahora jubilado, era electricista y manitas. Se llama Pierre Le Guennec y vivía cerca de la casa de Moungins de Pablo Picasso. Un día, el secretario personal de Picasso le llamó para que arreglara algo en la casa. Después iban a llamarlo varias veces para arreglar cosas. El tímido electricista cuenta que tuvo buenas relaciones con el artista que de vez en cuando hablaba con él, a pesar de que el pintor le impresionara mucho. Picasso le llamaba también a veces cuando había invitados para hablarle de las pequeñas cosas que había que arreglar en la casa. Bueno, en realidad, era para que los invitados entendieran que ya era hora de despedirse. También cuenta que el pintor le pidió un sombrero de paja y que, por supuesto, se lo dio. Y un día, según dicen Le Guennec y su mujer, Jacqueline [Roque, última esposa de Picasso] le dio a Pierre una caja con obras del pintor y le dijo: "Para ti, de parte del maestro me pidió que se lo regalase.”
-“Vi que eran unos papeles, unos dibujos, pero no le di mucha importancia, lo metí en la camioneta y me volví a casa. Al llegar los envolví bien y los dejé en una estantería del garaje. Para mí no eran cuadros, no eran pinturas, muchos no estaban acabados, eran dibujos, pruebas, a los que no di mucho valor...". Cómo podéis ver, el “regalo” le pareció no tener gran importancia y lo guardó todo en un rincón del garaje de su casa de Mouans-Sartoux, en el sur de Francia, a veinte kilómetros de Cannes, envueltas en una bolsa de plástico, según explica, al lado de sus herramientas de electricista y de un montón de cables viejos. Le Guennec -gafas con cordones, tirantes, camisa de leñador de las de hace treinta años- es muy tímido, hasta el extremo de que le cuesta explicarse. Habla a trompicones y esconde la cara con las manos en un gesto repetido de impotencia. Cuando se le comenta que los dibujos que él conservó tanto tiempo ocultos valen más de ochenta millones de euros murmura (aparentemente) abrumado por la cifra: "Esto no es posible. Esto me sobrepasa".
El 9 de setiembre, la pareja Le Guennec viaja a Paris para hacer autentificar por la sociedad Picasso Administration (dirigida por Claude Picasso) las 271 obras que poseen. En esta sociedad están acostumbrados a las llamadas de chiflados o de espabilados que afirman guardar en su casa un cuadro o un dibujo del artista, así que a Le Guennec le dieron la respuesta tipo: "Haga unas fotografías y envíenoslas por correo". Por eso, es lo que primero había hecho, enviar unas fotos en blanco y negro. El viejo electricista, ayudado por uno de sus hijos, colocó un marco blanco de papel a cada dibujo y se puso manos a la obra: "Mientras las fotografiábamos les íbamos poniendo el título que nos parecía mejor, un poco al tuntún: a una la llamamos Bailarina, a otra Cabeza de mujer..., yo no sé". Los responsables de la sociedad Picasso no habían prestado mucha atención, pero habían pedido más fotos por si a caso. Al ver otras más, habían empezado a dudar y habían propuesto a la pareja que hiciera el viaje hasta Paris para comprobar en vivo (papel y colores) la autenticidad. La pareja había entonces emprendido el viaje con la totalidad de las obras envueltas en un mismo paquete y puestas dentro de una maleta. Para Claude Picasso (responsable de la gestión de todos los bienes heredados de Pablo, así como los derechos intelectuales) y los otros responsables de la sociedad Picasso, fue un momento de total asombro. El hijo de Picasso y un colaborador contemplaron estupefactos durante tres horas el maravilloso contenido de la maleta de los dos ancianos: un pequeño cuaderno con un centenar de deliciosos dibujos de Picasso a lápiz y a tinta, de apuntes al natural, de ensayos, de caricaturas; pero también una treintena de litografías (varias idénticas), un retrato a tinta de la primera mujer de Picasso, Olga Koklowa, nueve collages cubistas que por sí solos valen más de cuarenta millones de euros, una decena de bocetos de Las tres gracias, una acuarela de su periodo azul y varios paisajes (muy raros en Picasso), entre otros prodigios. En ningún momento dudaron de su autenticidad. Nadie en el mundo podría haber imitado con tanta perfección tantas técnicas diferentes de Picasso. El valor aproximado de las obras guardadas en el garaje de Le Guennec ronda los ochenta millones de euros, según varios expertos franceses. Anne Baldasari, directora del Museo Picasso de París, en una entrevista concedida el miércoles al periódico Le Figaro, aseguraba: "Las numerosas piezas aparecidas tienen una importancia considerable para aclarar la obra de Picasso en su juventud. Son fondos de su taller personal, de los años 1900-1932".
Las obras no tenían firma del pintor y por eso, después de padecer de un cáncer de la próstata, Le Guennec, de 71 años, decidió autentificarlas, porque pensaba en la herencia para sus hijos, más valía autentificarlas antes de que muriera.
Volvieron en tren a su casa de la Provenza, con los dibujos otra vez metidos en la maletita de ruedas. Al llegar a casa, se dispusieron a aguardar la llamada de los Picasso. En vez de eso, muy pronto se presentaron en su casa varios agentes especializados de la Oficina Central Contra el Tráfico de Bienes Culturales que reclamaron inmediatamente las obras y le informaron de que sobre el electricista pendía una denuncia interpuesta por los herederos de Picasso. Asombrado, asustado, según cuenta, Le Guennec le mostró a la policía el arcón donde guardaba los dibujos. Después, los policías registraron minuciosamente toda la casa, el jardín, el famoso garaje. Pero no encontraron nada más. Le Guennec no había distraído ni uno solo de los dibujos que enseñó a Claude Picasso: todo estaba ahí. La pareja así como las obras fueron traslados a la comisaría. Allí, el electricista jubilado se enteró de que los herederos de Picasso le habían denunciado no por robo (delito ya prescrito), sino por apropiarse de un bien robado (delito aún vigente). Arrestado por ladrón, pasó una noche en el calabozo.
El abogado de Picasso Administration, Jean-Jacques Neuer, desde un despacho de una de las zonas más exclusivas de París, explica las razones que les llevaron a acusar a Le Guennec: "Para nosotros está claro que robó las pinturas. Ninguno de los dibujos está dedicado. Todos pertenecen a un periodo determinado, como si estuvieran archivados en un mismo sitio, en la misma caja. Nadie conoce a este señor Le Guennec de nada, no aparece por ningún lado en ninguna biografía del artista probablemente más estudiado de la historia. No creemos que fuera un amigo de Picasso". Y añade: "Si a ti te regalan unos dibujos de Picasso, los pones en tu casa, los cuelgas en las paredes, los enseñas, no los escondes en el garaje. ¿Por qué los ha ocultado durante cuarenta años? Además, no me imagino a Picasso regalándole a su electricista un lote de dibujos, muchos de ellos inacabados, o dándole unos collages surrealistas que no habría regalado ni a Braque. Todo esto no tiene sentido, es simplemente aberrante".
Aquí tenéis la dirección para poder ver con vuestros ojos estas obras: aquí
¿Qué es tu opinión entonces? Miente el electricista (que recibe 1.200 euros de pensión) o dice la verdad?
Hay diferentes elementos que considerar.
Primero, los en su favor (es decir los que hacen pensar que es sincero)
- Nunca antes habían intentado vender algo.
- En el pueblo, se conocen como personas honradas y queridas por los demás.
- Las anécdotas de Le Guennec, hablando de Picasso.
- Un ladrón o un receptador nunca hubiera ido directamente a ver a la Picasso Administration.
- Cada vez que salía (o entraba) de la casa de Picasso, había dos guardias para verificar lo que llevaba.
Luego, los en su contra, elementos presentados sobre todo por los responsables o abogados de la Picasso Adm.:
- Según Claude Picasso, el pintor siempre firmaba sus regalos.
- Las obras son bastante más antiguas que los años setenta, cuando se hizo el “regalo”.
- Le Guennec no aparece en las biografías de Picasso a pesar de que estás contengan muchos detalles
- Parece ser que Picasso sabía la importancia de sus collages, y no hubiera regalado estas obras.
- En las obras, había una reproducida 10 veces. ¿Por qué se iba a regalar esto?
- ¿Por qué iba a regalar Pablo este “lote” de 270 obras?
Para el abogado de los herederos de la familia Picasso, Le Guennec es un pillo mentiroso muy listo con cara de buen hombre que ha conseguido mantener en secreto y escondido un tesoro robado hace 40 años que ahora destapa para dejar una herencia a sus dos hijos y cuya impostura puede acabar con una condena de cárcel;
Para la abogada Evelyn Rees, de Cannes, sus defendidos, Le Guennec y su animosa y charlatana mujer Danielle, son simplemente una pareja humilde de ancianos que ha vivido siempre del escaso sueldo del marido (algo que corrobora la policía), reconvertidos de golpe en protagonistas de una historia tan inverosímil como cierta, de esas que solo pueden ocurrir en la Provenza, y que arrancó una mañana de 1970.
Otros elementos son también interesantes de recordar. La codicia de los herederos Picasso. (aquí tenéis un artículo que lo recuerda) El hecho de qué nunca se ha hecho un censo de las obras de Pablo Picasso, pero se estiman a más de 40.000…
Entonces ¿Qué opinas?
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ResponderEliminarYo creo en la inocencia del hombre. Si realmente hubiera robado doscientas obras de Picasso, no habría ido a la Picasso administration. Las habría vendido en el mercado negro. Además alguien de la familia del artiste se habría dado cuenta del robo.
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ResponderEliminar(Texto sin acentos)
ResponderEliminarNo se si Le Guennec miente, y creo que no sabremos lo que paso con estas obras, pero de todos modos, es una buena cosa que nunca hubo una inundacion en su garaje.
(Texto sin acentos)
ResponderEliminarLe Guennec... es breton el tio, verdad? En primer lugar, me impresiona el numero de telas que quedaron en el garaje de este hombre durante tanto tiempo. Me extraña mucho que este hombre haya escondido estas obras durante tanto tiempo.
Si Le Guennec es un verdadero ladron, entonces no entiendo su movil, ya que nunca intento sacar dinero con este tesoro cultural... Sin embargo, no me puedo imaginar a Picasso regalando tantas obras a otro ser humano. Ademas, las obras no estan firmadas, lo que indica, segun yo, que se trata de un robo ya que Picasso siempre firmaba sus obras; al final de su vida, su firma tenia casi tanto valor que la obra misma y a Picasso le gustaba mucho el dinero.
Reconozco que no soy una gran seguidora de Picasso, pero considero el acto de haber guardado estas obras como un gran daño para el patrimonio cultural.
No creo que tenga cara de ladrón. Ademas, Picasso ya está muerto y a el no le importa nada !
ResponderEliminarLe Guennec tenía acceso al interior de la casa de Picasso así que creo que ha robado las obras. Además, Picasso no regalaba sus dibujos.
ResponderEliminarSin embargo, es muy raro que Picasso no se diera cuenta de la desaparición de tantas obras..
Sólo hago esta hipótesis: Le Guennec robó la caja sin saber exactamente lo que contenía. Cuando lo descubrió no se atrevió a vender las obras inmediatamente y prefirió ir a ver la Picasso administration años después, pensando que así podía pasar por un electricista honrado que sólo quería averiguar el valor del "regalo" que le hizo su amigo el pintor.
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